Multarán la venta de pirotecnia en Quilmes

En estas fiestas el Municipio de Quilmes, a través de la Agencia de Fiscalización y Control Comunal (AFyCC), intensifica los controles para hacer cumplir la normativa vigente (ordenanzas 9989/04 y 10031/04) que prohíbe la tenencia y comercialización de la pirotecnia en el distrito. Asimismo, informa a los vecinos que pueden denunciar los puestos de venta por medio de la línea telefónica de emergencias 147.

El titular del área, Gonzalo Ponce, puntualizó: “Aquellos que trasgredan lo dispuesto por la ordenanza, según el caso, podrán ser penados con multas de 200 a 3.000 módulos, actualmente, el valor de un módulo es de $87, el secuestro de los artículos pirotécnicos y/o la clausura del establecimiento”.

Y añadió: “La manipulación de fuegos artificiales es potencialmente peligrosa: puede producir incendios, quemaduras y, en algunas oportunidades, poner en riesgo la vida. Además, el estruendo altera a las mascotas, ya que su calidad auditiva es muchísimo más sensible que la del ser humano. Por todo esto desde el Municipio estamos llevando adelante una rigurosa campaña de control para evitar la comercialización de los artículos pirotécnicos y, así, prevenir accidentes”.

Consejos para proteger a las mascotas de la pirotecnia

Los fuegos artificiales asustan y desorientan a las mascotas que, como consecuencia, pueden lastimarse o perderse. Por eso es importante seguir estos consejos:

• Ubicarlas en una habitación que les resulte familiar, con adecuada ventilación pero lo más aislada posible de los ruidos externos.

• No atar al animal y retirar de la habitación objetos que puedan caerse y romperse, cables de aparatos eléctricos, objetos punzantes o cortantes, o cualquier factor de riesgo que pueda poner en peligro su salud.

• Dejarle siempre a su disposición agua fresca en cantidad suficiente.

• En caso de ser imprescindible transportar a la mascota, es esencial el uso de collar, correa e identificación para los perros y de caja transportadora para los gatos.

• Consultar con el veterinario para que él decida cuál es la mejor opción para evitar o minimizar el malestar producido por el estruendo.